
Esta es la hora de la verdad para Aghonya, si siempre el disco es la mayor prueba de fuego para un grupo que ya tiene cierto historial en las tablas... el 2005 apareciendo junto con After Forever y, hace poco, teloneando a Within Temptation. Cómo no, ya que más que la música, lo que llama la atención de este conjunto en vivo es su presencia escénica que, a propósito, mejora a pasos agigantados tras cada presentación, impresionando en cuanto a lo visual a varios de la asistencia.
Por eso es que con la concreción del debut “Oxygen”, el quinteto puede mostrar lo suyo sin distracciones a la vista ni distorsiones en el sonido... Y lo bueno es que Aghonya enseña más de lo que podía esperarse. De hecho y pese a las marcadas influencias, el trabajo sorprende por su muy buena producción que permite a las variadas texturas electrónicas distinguirse claramente de las sinfónicas, dejando espacio a un bajo en sumo creativo y de vocación percusionista cuando improvisa geniales slaps llenos de groove, a guitarras expresivas absorbidas en relieves pesados y armónicos, y melodías vocales sugerentes y contagiosas, elementos que se congenian para configurar un puñado de temas de plausible calidad.
Dime con quién andas... ¿y te diré quién eres? En este caso, quizás. Aghonya reúne el romanticismo sinfónico y pomposo de Within Temptation con el vigor de After Forever, demostrando posiblemente que a los integrantes no les molesta escribir música que esté acorde a los estándares europeos de cómo debe sonar un grupo metalero con una frontwoman. Así, las bases rítmicas de ‘Lead Me Into You’, ‘Wish You Gone’, ‘How Can I?’ y ‘Oxygen’ comparten ciertos preceptos del Lacuna Coil de “Karmacode” (2006), los que dictan las dinámicas de la batería y el protagónico rol del bajo en golpeadas notas, pero con las seis cuerdas de Sebastián Coulon sin conformarse estando sólo en un segundo plano. Por el contrario y sin ir más lejos, en ‘Finding Eternity’ se unen unas gruesas guitarras para construir un muro sónico que aplana el suelo.
Sin embargo, Aghonya sigue otros modelos, pues algunos elementos electrónicos, líricos y visuales casi “industriales” y hasta “biomecánicos” recuerdan a Arjen Lucassen, mientras que ‘How Can I?’ posee una cadencia en sus figuras que se asemeja bastante a Kamelot. Además, la voz de Cati Torrealba llega a ser tersa pero también firme, pasando a ser fuerte en sus arrebatos, alejándose de registros delicados como los de Sharon den Adel. Prohibido hablar acá de cantos líricos para los versos ni siquiera en ‘Wish You Gone’, donde ella se vale de múltiples capas armónicas para elaborar atmósferas más íntimas y clásicas.
Ahora, hay tres canciones que brillan entre las pistas de ‘Oxygen’. Una de ellas es ‘Worlds Apart’, con una sección sinfónica bombástica al estilo Within Temptation que la transforma en una excelente apertura, de esas que invitan a alzar y ondear los brazos, continuando con ganchos melódicos en todos los versos, en especial donde se canta ‘flowing on, beautiful, dangerous’ y ‘but I don’t want you to let me go’. Y luego del segundo turno del coro, aparece un riff rockero acompañado de leads con pedales wah wah, a lo que más tarde se une la vocalista con sus líneas más agitadas de la placa.
Otra de estas privilegiadas sigue inmediatamente después, ‘Lead Me Into You’, que se la juega sólo con beats y synths para presentar por adelantado el coro más pegadizo y seductor de “Oxygen” completo, el que guía gran parte del track en distintas variaciones y formas.
La presencia de efectos que llenan los espacios entre las orquestas y los coros de teclado, le da un aura especial al comienzo de ‘Wish You Gone’, la tercera de mis predilectas, introducción que anticipa las melodías principales del corte, engrandecidas en otro estribillo notable y cálido. Hay que destacar además el nada menos que excelente trabajo de Andrés Cruz en los sintetizadores, secuencias electrónicas y programación, llevándose el peso de la mayoría de las canciones sin restarle protagonismo a Coulon en las guitarras, como se escucha en las finales ‘Endless Illusion’ y la peculiar ‘Fading Frequencies’.
Es que ellos dos junto con Cati -quien además escribe las letras- son los responsables creativos de la composición y vaya qué equipo pues, primero, todos los instrumentos resaltan y dejan resaltar a los demás, si hasta el bajo suena con personalidad, lo que también enseña que en ese puesto se encuentra un muy bien músico, y segundo, porque los temas concretan una fluidez y un orden a pesar de sus simultáneos ángulos de ataque, apuntando desde los riff, desde los synths, desde las voces, desde lo todo, en función de lograr un buen resultado. De lo contrario, ‘Oxygen’ habría terminado en un desastre, la canción que reúne la totalidad de los elementos de Aghonya en preciso equilibrio. Es más, la producción luce una claridad lo suficientemente pulcra como para percibir detalles tales como una marcha de tropas en los primeros minutos del tema título, y cuantas otras cosas más que con el tiempo de seguro se revelarán, lo que hace más interesante oír este álbum.
Lo que ves es lo que obtienes... uno sólo con observar las fotos de Aghonya puede imaginarse qué tipo de música interpretan sus integrantes, y en efecto no hay sorpresas ni sobresaltos en ello, pero aun estando avisado del panorama que se viene, “Oxygen” asombra por su limpia factura dentro de los márgenes del estilo y cautiva con algunos fantásticos temas. Así, no hay cómo equivocarse con estos nacionales. Claramente acertaron.
Por eso es que con la concreción del debut “Oxygen”, el quinteto puede mostrar lo suyo sin distracciones a la vista ni distorsiones en el sonido... Y lo bueno es que Aghonya enseña más de lo que podía esperarse. De hecho y pese a las marcadas influencias, el trabajo sorprende por su muy buena producción que permite a las variadas texturas electrónicas distinguirse claramente de las sinfónicas, dejando espacio a un bajo en sumo creativo y de vocación percusionista cuando improvisa geniales slaps llenos de groove, a guitarras expresivas absorbidas en relieves pesados y armónicos, y melodías vocales sugerentes y contagiosas, elementos que se congenian para configurar un puñado de temas de plausible calidad.
Dime con quién andas... ¿y te diré quién eres? En este caso, quizás. Aghonya reúne el romanticismo sinfónico y pomposo de Within Temptation con el vigor de After Forever, demostrando posiblemente que a los integrantes no les molesta escribir música que esté acorde a los estándares europeos de cómo debe sonar un grupo metalero con una frontwoman. Así, las bases rítmicas de ‘Lead Me Into You’, ‘Wish You Gone’, ‘How Can I?’ y ‘Oxygen’ comparten ciertos preceptos del Lacuna Coil de “Karmacode” (2006), los que dictan las dinámicas de la batería y el protagónico rol del bajo en golpeadas notas, pero con las seis cuerdas de Sebastián Coulon sin conformarse estando sólo en un segundo plano. Por el contrario y sin ir más lejos, en ‘Finding Eternity’ se unen unas gruesas guitarras para construir un muro sónico que aplana el suelo.
Sin embargo, Aghonya sigue otros modelos, pues algunos elementos electrónicos, líricos y visuales casi “industriales” y hasta “biomecánicos” recuerdan a Arjen Lucassen, mientras que ‘How Can I?’ posee una cadencia en sus figuras que se asemeja bastante a Kamelot. Además, la voz de Cati Torrealba llega a ser tersa pero también firme, pasando a ser fuerte en sus arrebatos, alejándose de registros delicados como los de Sharon den Adel. Prohibido hablar acá de cantos líricos para los versos ni siquiera en ‘Wish You Gone’, donde ella se vale de múltiples capas armónicas para elaborar atmósferas más íntimas y clásicas.
Ahora, hay tres canciones que brillan entre las pistas de ‘Oxygen’. Una de ellas es ‘Worlds Apart’, con una sección sinfónica bombástica al estilo Within Temptation que la transforma en una excelente apertura, de esas que invitan a alzar y ondear los brazos, continuando con ganchos melódicos en todos los versos, en especial donde se canta ‘flowing on, beautiful, dangerous’ y ‘but I don’t want you to let me go’. Y luego del segundo turno del coro, aparece un riff rockero acompañado de leads con pedales wah wah, a lo que más tarde se une la vocalista con sus líneas más agitadas de la placa.
Otra de estas privilegiadas sigue inmediatamente después, ‘Lead Me Into You’, que se la juega sólo con beats y synths para presentar por adelantado el coro más pegadizo y seductor de “Oxygen” completo, el que guía gran parte del track en distintas variaciones y formas.
La presencia de efectos que llenan los espacios entre las orquestas y los coros de teclado, le da un aura especial al comienzo de ‘Wish You Gone’, la tercera de mis predilectas, introducción que anticipa las melodías principales del corte, engrandecidas en otro estribillo notable y cálido. Hay que destacar además el nada menos que excelente trabajo de Andrés Cruz en los sintetizadores, secuencias electrónicas y programación, llevándose el peso de la mayoría de las canciones sin restarle protagonismo a Coulon en las guitarras, como se escucha en las finales ‘Endless Illusion’ y la peculiar ‘Fading Frequencies’.
Es que ellos dos junto con Cati -quien además escribe las letras- son los responsables creativos de la composición y vaya qué equipo pues, primero, todos los instrumentos resaltan y dejan resaltar a los demás, si hasta el bajo suena con personalidad, lo que también enseña que en ese puesto se encuentra un muy bien músico, y segundo, porque los temas concretan una fluidez y un orden a pesar de sus simultáneos ángulos de ataque, apuntando desde los riff, desde los synths, desde las voces, desde lo todo, en función de lograr un buen resultado. De lo contrario, ‘Oxygen’ habría terminado en un desastre, la canción que reúne la totalidad de los elementos de Aghonya en preciso equilibrio. Es más, la producción luce una claridad lo suficientemente pulcra como para percibir detalles tales como una marcha de tropas en los primeros minutos del tema título, y cuantas otras cosas más que con el tiempo de seguro se revelarán, lo que hace más interesante oír este álbum.
Lo que ves es lo que obtienes... uno sólo con observar las fotos de Aghonya puede imaginarse qué tipo de música interpretan sus integrantes, y en efecto no hay sorpresas ni sobresaltos en ello, pero aun estando avisado del panorama que se viene, “Oxygen” asombra por su limpia factura dentro de los márgenes del estilo y cautiva con algunos fantásticos temas. Así, no hay cómo equivocarse con estos nacionales. Claramente acertaron.
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