sábado, 4 de abril de 2009

KISS Y SU PIROTECNIA SE ANOTAN SU MEJOR PRESENTACIÓN EN CHILE


Jorge Lagás

SANTIAGO, abril 4.- Los comentarios y sensación generalizada a la salida del concierto indicaban una cosa: se había estado en presencia de uno de los mejores “espectáculos” de rock, en todo el sentido de la palabra, vistos en suelo nacional. Kiss se despachó la más imponente de sus tres presentaciones en Chile, la noche del viernes en el Estadio Bicentenario de La Florida, en el cierre del Pepsi Fest. Con veinte mil personas que vibraron con más de dos horas de show y que desde temprano mostraron que la jornada “pintaba” para buena.

Literalmente. Porque como se esperaba, buena parte de los asistentes llegó con la cara pintada a imagen y semejanza del grupo. Y los que no, podían hacerlo a pocos metros de la entrada, en puestos en que por sólo dos mil pesos lo dejaban a uno igualito a Gene Simmons. Los más entusiastas estaban desde las 7 de la mañana en el lugar.

Cerca de las 21:30 horas llegó el momento de que cayera el telón gigante y “Deuce” fue el tema que inició un set calcado al de su disco “Alive” (1975), recreado en este tour por sus 35 años de carrera. Imperdibles como “Cold gin”, “She” y “Black diamond”, más un contundente sonido como aliado, marcaron la primera parte, que llegó al clímax con el himno “Rock and roll all nite” y una impresionante lluvia de papel picado que dejó todo blanco.

A esas alturas, el público ya había quedado en éxtasis por los recursos escénicos desplegados, incluyendo la batería elevándose por el aire, fuegos artificiales saliendo del escenario y de la guitarra de Tommy Thayer… y fuego de verdad, saliendo del escenario y de la boca de Gene Simmons. Que por si fuera poco también echó afuera sangre, babas y su larga lengua por esa misma parte de su cuerpo con la que come y habla.

El bis trajo los éxitos post 1975, como “Love gun” (con el cantante Paul Stanley volando sobre el público y cantando en el centro del estadio), “I was made for loving you” y el cierre con “Detroit rock city”, en la apoteosis total de los fuegos de artificio. Así se despidió el circo y ojo que Stanley prometió que volverán el año que viene.

Kiss enrostró los argumentos que lo convirtieron en el grupo que marcó un antes y un después en lo que se refiere a shows de rock en vivo, apostando por el exceso y por aprovechar todo lo que pueda dar el mercado del entretenimiento. Frases como “lo mejor que he visto” o el trisílabo “la cagó”, entre otros más irreproducibles, fueron las más repetidas en el camino desde el interior a la salida, una vez terminado todo.

El grupo también quedó con ganas de celebrar y tras el show terminaron “carreteando” en el VIP de la discoteque floridana Bar 89.

Para alivio de los vecinos, el tema de la seguridad que dio que hablar durante la semana no pasó de ser simplemente una preocupación anticipada. Una veintena de detenidos por ebriedad en los alrededores fue el barato saldo de una jornada que no estaba para distracciones y centró toda su atención en la presencia del cuarteto en el escenario.



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